La buena alimentación. Una mirada desde el número tres

“Todo lo que pueda servirte de alimento ha sido producido por un acto de amor”

El número tres es el número de la creatividad, armonía y equilibrio. Simboliza en muchas tradiciones el ciclo completo de nacimiento, vida y muerte. Representa la trinidad. Espíritu, mente, cuerpo.

Muchas tradiciones religiosas antiguas conocían de ese significado, entre ellas la Tradición China.  El número tres es la base prácticamente de toda la cosmogonía China.

Llevando esta visión a la buena alimentación, tenemos tres niveles: CELESTE, HUMANO Y TERRESTRE.

El nivel celeste es patrimonio del templo. Alimento del espíritu. ¿Cómo podemos alimentar este nivel? Mediante la oración, la meditación, mindfulness, prácticas como yoga, respiración consciente, tai-chi, chi-kung, etc.

El nivel humano se relaciona con la mente, los sentimientos y las relaciones humanas. Lo alimentamos cuidando nuestros pensamientos, leyendo buenos libros, atendiendo nuestras necesidades afectivas, teniendo conversaciones terapéuticas, llevando una vida social rica y sana. Es el alimento para el corazón que perdura eternamente, alimento que surge de ser bondadoso consigo mismo y con todos los seres vivientes.

El nivel terrestre se corresponde a la alimentación del cuerpo. Los alimentos propiamente tal que nos da la madre tierra. Comer debe ser motivo de discernimiento, pero también de gozo, ilusión, felicidad y mucho arte.

Queremos mostrar una propuesta de alimentación cercana a lo que se conoce como Mindfoodness o alimentación consciente, con notas de conocimientos ancestrales y conocimientos modernos. Es una forma de alimentarse que por supuesto integra los niveles mencionados.

Algunas sugerencias iniciales que hacemos para incorporar el nivel celeste en nuestra forma de comer son: aprender a dialogar con los ingredientes para descubrir qué nos dicen cada uno en su sabor, forma, olor, color. Es una manera de activar una la nutrición de nuestro espíritu. Igualmente, si aprendemos a cocinar practicando el poder del “aquí y el ahora “, si incorporamos rituales, si ofrendamos, agradecemos y bendecimos nuestro alimentos estaremos actuando en el nivel celeste.

En el nivel humano podemos poner varios ejemplos. Recordemos que comer es lo que desde el inicio de la especie humana reunió a los seres en torno al fuego. Cocinar puede ser una terapia personal que nos puede cambiar el estado de ánimo, cuando cocinamos podemos pasar del silencio y la introspección a la euforia y la alegría. Podemos cocinar con la intención de mejorar la tristeza de una persona, todo el acto de preparar su alimento puede lograr canalizar esos sentimientos y que ocurra una transformación. Uno de los secretos para una forma sana de comer es aprender a cambiar el estado de tu mente. Compartir y socializar en torno a una mesa con entusiasmo y buenos deseos es una manera magnífica de sintonizar con el nivel humano de la nutrición.

La alimentación terrestre abarca muchos aspectos como el de conocer los ingredientes de temporada, interactuar con los productores, visitar los mercados locales, tomar en cuenta su valor alimenticio y nutricional y por supuesto la práctica de las artes culinarias.

De tal manera que con ciertas aproximaciones y cambios en nuestra manera de alimentarnos estaríamos nutriendo los tres niveles y por lo tanto conectando con su significado de creatividad, armonía, crecimiento, expansión y la alegría de vivir.

Proponemos entonces embarcarnos en un viaje alquímico y con algunos fundamentos de la cocina que nos permitan un mejor ser y estar.